El acné puede presentarse de distintas formas y afectar diferentes zonas del rostro o cuerpo. No todos los granitos son iguales ni responden a los mismos tratamientos. Conocer los tipos de acné es clave para elegir el cuidado adecuado y evitar que las lesiones dejen marcas o empeoren con el tiempo.
Los más comunes incluyen el acné comedogénico, inflamatorio, nodular o quístico. Cada uno tiene un origen diferente, desde la obstrucción de los poros por grasa y células muertas, hasta desequilibrios hormonales que afectan la producción de sebo. Identificar cuál padeces es el primer paso para controlarlo correctamente.
Acné hormonal
Este tipo de acné aparece sobre todo en la adolescencia, durante el ciclo menstrual o por desórdenes hormonales. Suele manifestarse en la parte inferior del rostro: mandíbula, barbilla y cuello. Las lesiones son más profundas, dolorosas y difíciles de eliminar.
El acné hormonal puede agravarse por el estrés o el uso de anticonceptivos. En algunos casos, es necesario un tratamiento dermatológico con medicamentos que regulen las hormonas, combinado con una buena rutina de limpieza facial y productos no comedogénicos.
Alimentos que causan acné
La dieta influye en la salud de la piel. Algunos alimentos pueden estimular la producción de grasa o generar inflamación, lo que favorece la aparición de brotes. Aunque cada cuerpo reacciona distinto, existen ciertos productos que se relacionan comúnmente con el acné:
- Lácteos como la leche entera y los quesos.
- Alimentos ultraprocesados con grasas trans o conservantes.
- Harinas refinadas, pan blanco, pasteles y galletas.
- Azúcares en exceso, bebidas azucaradas y dulces.
- Comidas rápidas o muy condimentadas.
Reducir su consumo puede ayudar a mejorar el aspecto de la piel en pocas semanas.
Cómo quitar manchas de acné
Las manchas post-acné son marcas oscuras que quedan luego de que el brote desaparece. No son cicatrices profundas, pero sí afectan la apariencia del rostro. Para atenuarlas, es importante usar productos con ingredientes despigmentantes como niacinamida, ácido azelaico o vitamina C.
Además, la exfoliación química suave con AHA o BHA puede acelerar la renovación celular y mejorar el tono. Es fundamental aplicar protector solar todos los días para evitar que estas manchas se oscurezcan más o se vuelvan permanentes.
Cómo quitar cicatrices de acné
Las cicatrices son consecuencia de lesiones inflamatorias severas que dañan las capas más profundas de la piel. Son más difíciles de tratar que las manchas y requieren constancia. Existen varias opciones que pueden ayudar a suavizarlas o disminuir su visibilidad:
- Sérums con retinoides o ácido glicólico.
- Tratamientos dermatológicos como láser fraccionado o microagujas.
- Aplicación de productos con centella asiática para favorecer la regeneración.
- Rutinas hidratantes que mantengan la piel elástica y saludable.
Consultar con un especialista es ideal para evaluar el tratamiento más adecuado según el tipo de cicatriz.