El acné o piel acneica es una afección cutánea caracterizada por una inflamación crónica que produce manchas y granos, principalmente en el rostro. Existen múltiples formas de controlar el acné, pero ¿es posible que la alimentación influya? En BeautyCare® te lo explicamos.
¿Qué es el acné?
El acné es un problema que se produce cuando los folículos pilosos se obstruyen con grasa y células muertas de la piel, generando espinillas, puntos negros o granos.
Es común que el acné aparezca en la adolescencia, ¿por qué? Durante la pubertad, según la Asociación Académica de Dermatología de Estados Unidos (AAD), las hormonas llamadas andrógenos aumentan el tamaño de las glándulas sebáceas de la piel. Estas glándulas producen más grasa, obstruyendo los poros. Aunque la piel acneica es más común en adolescentes, este problema puede afectar a personas de todas las edades.
A pesar de los múltiples tratamientos existentes para la piel acneica, el acné suele ser persistente. Cuando los granos o protuberancias se curan y empiezan a desaparecer, suelen aparecer nuevas espinillas o granos.
Consecuencias del acné
A pesar de no ser un problema de salud grave, el acné puede generar varias consecuencias, entre ellas:
- Angustia emocional
- Cicatrices en la piel
En BeautyCare® sabemos lo importante que es el cuidado de la piel para ti. Por ello, además de los tratamientos existentes, quisimos indagar sobre la influencia de la alimentación en la piel acneica.
La influencia de la alimentación en el acné
Es común escuchar que las comidas rápidas afectan la piel y pueden causar acné. La conexión es posible; sin embargo, no solo este tipo de alimentos son los causantes. Los alimentos con altos índices glucémicos, según la AAD, son los principales potencializadores del acné. El pan de molde, el puré, la cerveza, el arroz blanco, las papas fritas, o las bebidas azucaradas son algunos ejemplos.
Estos alimentos aumentan el nivel de azúcar en la sangre y ¿qué consecuencias puede tener en la piel? Los picos de azúcar en la sangre causan inflamación en todo el cuerpo y aumentan la producción de sebo, que es la grasa superficial que está en la piel. La combinación de estas dos cosas puede producir acné.
¿Cómo mejorar?
Una alimentación balanceada es clave, no solo para tu piel, sino para todo tu cuerpo. Incluir alimentos que aporten nutrientes, como vitaminas y minerales necesarios para ti, es fundamental para que te mantengas saludable y con energía.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), es importante consumir frutas, verduras, legumbres, frutos secos, cereales integrales, proteínas y grasas saludables.
- Consume 5 porciones de fruta al día.
- Incluye vegetales en todas tus comidas.
- Incorpora 2 hortalizas al día que no sean papas o tubérculos feculentos.
Para cuidar tu piel del acné, estudios de la AAD sugieren tener una dieta baja en el índice glucémico. Frutas como las fresas o los frutos rojos son una excelente opción; los carbohidratos integrales pueden ser beneficiosos; si consumes carne, elige carnes magras con poca grasa.
Otra recomendación es observar muy bien los alimentos que consumes en tu dieta diaria para poder identificar cuáles te irritan y controlarlos.